POTENCIADOR DE LOS EFECTOS DEL TRATAMIENTO PSICOLÓGICO
Todos hemos escuchado en algún momento hablar sobre la importancia que tiene el deporte para nuestro correcto desarrollo físico y desde un tiempo hasta aquí se investiga y se evidencia como repercute también en nuestro cerebro. Cada vez más estudios se suman a esta corriente e investigan en profundidad todos estos beneficios y el impacto que tiene en nuestro sistema, llegando a comparar su eficacia con algunos de los psicofármacos más frecuentes.
Las personas estamos diseñadas para movernos, el cerebro dedica una buena parte de su estructura a controlar el movimiento. En el campo de la salud mental, el deporte se convierte en un potenciador de los efectos deseados de cualquier tratamiento psicológico. En nuestro centro, es y ha sido parte de la terapia en incalculables ocasiones.
Esto es lo que sucede cuando se realiza ejercicio físico:
NIVEL FISIOLOGICO:
Se producen cambios en las estructuras cerebrales, tanto en su estructura como en su funcionamiento:
- Se liberan endorfinas (“hormona de la felicidad”) Y se reducen los niveles de cortisol (“hormona del estrés”).
- Se produce neurogénesis: formación de nuevas neuronas, en especial en el hipocampo.
- El movimiento aumenta la frecuencia de disparo de la serotonina.
- Mejora la capacidad cardiorespiratoria.
- Ayuda a calmar la amígdala (parte del cerebro que se encarga de detectar el peligro).
- Ayuda a reducir la respuesta inflamatoria del cuerpo, que se considera precursora de problemas de salud como enfermedades cardiovasculares, la depresión e incluso algunas formas de cáncer.
- Actúa de manera preventiva en el tratamiento para demencia, Alzheimer y envejecimiento cerebral.
- Ayuda a regular los patrones del sueño y mejorar su calidad.
NIVEL CONDUCTUAL
Los beneficios de esta práctica en funciones ejecutivas y habilidades son mucho más conocidos pero igualmente importantes en la salud mental. La práctica deportiva regular consigue:
- Aumenta la motivación para la consecución de metas.
- Aumenta la disciplina, la fuerza de voluntad y genera sensación de satisfacción.
- Mejora el sentido del esfuerzo y la constancia: los progresos y avances aumentan la autoestima.
- Potencia el aprendizaje, la memoria y las capacidades atencionales
- Reduce el estrés, gracias a la liberación de tensión y promueve la relajación.
- Mejora el autocuidado.
- Ayuda a establecer hábitos saludables. Importante para la estructura de una rutina sana y beneficiosa.
- Combate la sensación de aislamiento y fomenta la socialización.
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE?
Las personas que padecen trastornos mentales, en muchas ocasiones presentan estilos de vida pocos saludables, ligados a los síntomas propios del trastorno que tienen consecuencias serias tanto para su salud física como mental, desencadenando así en una especie de espiral descendente y negativa que ataca a diferentes ámbitos de la vida de las personas, inundando poco a poco cada esfera. El deporte consigue generar cambios en la forma de entender las necesidades, entendiendo que el ejercicio es un medio para ese fin.
Los efectos y beneficios de la práctica deportiva se experimentan desde el primer momento, en una sola sesión ya se consigue generar cambios e inducir ciertos procesos que nos ayudan a la regulación como cambiar los niveles de neurotransmisores que tienen relación directa con nuestro estado de ánimo y aumenta los niveles de ciertos factores de crecimiento en el cerebro. Además consigue aumentar el control interno de la propia persona, componente muy importante de la terapia, que produce un aumento en la seguridad y control sobre uno mismo, en algo en lo que podemos influir y que depende de la propia persona.
Algunos síntomas muy habituales en algunos trastornos son la quietud, el aislamiento, la desgana, el colapso…Implantar un hábito e imponerse a estos síntomas provoca que el paciente salga de casa, se movilice y al mismo tiempo forme parte de un círculo social. Todo esto, como hemos explicado hasta ahora, genera cambios en distintas esferas y posiblemente sea la palanca de impulso o el primer paso en la dirección adecuada.
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